Distribución
Distribución altitudinal
El tinamú cenizo se encuentra entre los 300 y 3300 m de altura (Álvarez et al. 2000). |
Distribución geográfica en Colombia
Oroaetus Isidori según Hilty y Brown 1986 se encuentra a lo largo de los Andes, incluyendo la serranía de Perija y La Sierra Nevada de Santa Marta. Con los nuevos registros y los antiguos se reporta la presencia de la especie en los siguientes departamentos: Antioquia, Boyacá, Caquetá, Cauca, Cundinamarca, Huila, Magdalena, Meta, Nariño, Quindío, Risaralda y Valle del Cauca (Márquez y Renjifo 2002). |
Distribución geográfica en el mundo
Oroaetus Isidori en general se distribuye ampliamente en los Andes (Ellis y Álvarez 1994). |
Registros biológicos
Antioquia: Alto de Minas, cordillera Occidental, registro visual (C. Márquez obs. pers.). Vereda La Cristalina Chumuscados, Fredonia, entre 1440 y 1650 m, observado por A. M. Castaño el 15 de octubre de 1999 (Dataves SAO 2000). Boyacá: Campo Hermoso, macho en ICN del 11 de febrero de 1995. Santa Maria, observada por G. Stiles y V. Vanegas (com. pers). Caquetá: montañas de Florencia, sobre 1800 m, registrada en Hilty y Brown (1986). Cauca: sendero Paramillo, Munchique, a 3300 m, espécimen en Meyer de Shauensee (1948-1952). Munchique, a 2500 m, espécimen en UCP. El Tambo, Carpenteria, a 2310 m, macho en FMNH del 29 de diciembre de 1938 (Álvarez et al 2000). Municipio de Silvia, hembra en ICN de febrero de 1975. Reserva de Tambito, observada por Donegan y Davalos (1999) y C. Márquez (obs. pers.). Reserva La Gallera, observada por C. Márquez (obs. pers.). Cundinamarca: Gachetá, dos especimenes en ICN e IAvH del 20 de febrero de 1961 (Álvarez et al. 2000). Gachalá, vereda Murca, espécimen en ICN de diciembre de 1985 (Álvarez et al. 2000). Huila: Moscopán, a 2800 m, hembra en UCP del 16 de agosto de 1943 (Lehmann 1959, Álvarez et al. 2000). Magdalena: Las Nubes, espécimen del 21 de diciembre de 1899 y Bonda, sobre Riofrío, espécimen 27 de mayo de 1898 (Meyer de Schauensee 1948-1952). Huevo Negro, Fundación, limites con Valledupar, a 1275 m, espécimen en IAvH (Álvarez et al. 2000). Meta: Restrepo, sobre Sabana, a 300 m, hembra en ICN del 5 de agosto de 1988 (Álvarez et al. 2000). Nariño: Reserva río Ñanbí, vertiente del Pacifico en el volcán Cumbal, observada el 17 de febrero de 1996. Al norte de Miraflores, municipio Cumbal, observada en seis oportunidades entre 2800 y 3200 m entre 1996 y 1998. Valle del Pialapí, registro visual (Strewe 1999). Al occidente de La Planada (localidad sin rastrear), municipio Ricaurte, a 1740 m, observada entre 1996 y 1998. Valle medio del río Miraflores, municipio Mallama, observada entre 1997 y 1998. Vecindades de La Planada (localidad sin rastrear), municipio Ricaurte, observada entre 1997 y 1998 (R. Strewe in litt. 2000). Reserva Natural La Planada, municipio Ricaurte, entre 1500 y 2200 m, registrada en julio de 1988 (Thiollay 1991). San Felipe, volcán Chiles, municipio Cumbal, observada a 2250 m el 28 de agosto de 1992 (Salaman 1994). Chucunés, registro visual (Salcedo com. pers.). Valle del Estero, La Cocha observada a 2770 m en marzo de 1995 (E. Constantino com. pers.). Quindío: Reserva Natural La Guayana, valle del Cócora, alto Quindío, observada a 2800 m en mayo de 1991. Reserva Natural La Cristalina, valle de Cócora, alto Quindío, observada en mayo de 1997 (E. Constantino com. pers.). Reserva Natural Alto Quindío-Acaime, observada a 2800 m en diciembre de 1986, septiembre de 1990, 9 de diciembre de 1992 y octubre de 1993 (L. M. Renjifo y S. Arango com. pers., Dataves SAO 2000). Risaralda: Pueblo Rico, P.N.N. Tatama, observada por P. Florez el 21 de enero de 1999 (Dataves SAO 2000). Santander: vereda La Jabonera, Ocamonte, espécimen en IAvH del 13 de septiembre de 1978 (Álvarez et al. 2000). Valle del Cauca: Farallones de Cali, registrada en Lehmann (1959). Reserva Natural Nirvana, La Buitrera de Palmira, observada a 1600 en septiembre de 1999 y marzo del 2000. Alto Bitaco, Alto Dagua, observada en febrero de 2000 (E. Constantino com. Pers.). Alto Mira, Serranía de Los Paraguas, a 2100 m, registrada. El Cairo, observada en marzo de 2000 (C. Márquez y G. Corredor obs. pers.). Dagua, inspección de policía, espécimen en MVZ del 14 de octubre de 1958 (Álvarez et al. 2000). |
Alimentación
El tamaño de sus garras y el poder de sus tarsos le permiten a esta águila alimentarse de mamíferos y aves de buen tamaño (pavos, puerco espines, ardillas y perros de monte entre otros) (Márquez y Rengifo 2002). La estrategia de caza de esta especie generalmente consiste en volar bajo sobre el dosel del bosque, buscando presas (Hilty y Brown 1986, del Hoyo et al. 1994). Planea con las alas en posición horizontal y hace presa de grandes aves y mamíferos arbóreos, como paujiles o ardillas (Hilty y Brown 1986). En la Reserva Natural Nirvana se ha observado a esta especie alimentándose de guacharacas (Ortalis sp.) y en La Cocha según los habitantes locales se alimenta de los churucos (Lagothrix lagothricha lugens) que suben desde el Putumayo durante la época de Semana Santa. También hace presa de gallos y pollos domésticos (E. Constantino com. pers. en Hilty y Brown 1986). En el alto Quindío se observó un adulto que llevaba un perezoso en las garras (L. M. Renjifo obs. pers. en Márquez y Rengifo 2002). |
Comportamiento
Oroaetus Isidoro anida en la copa de árboles grandes con registros en agosto en Bolivia y de volantones en marzo-julio en Venezuela (Fjelså y Krabbe 1990). En Colombia, Lehmann (1959) encontró un nido en lo alto de un árbol emergente en Moscopan, Huila (febrero-marzo), del cual voló un polluelo en mayo y a finales de julio ya casi había alcanzado su desarrollo completo (Márquez y Rengifo 2002). En el alto Quindío se observo una pareja anidando en un roble muy alto, a unos 2800 m, en mayo de 1997 (E. Constantino com. pers. Márquez y Rengifo 2002). En el valle medio del río Miraflores y las partes vecinas a la Reserva Natural La Planada, donde habita una pareja, se encontró el 11 de mayo de 1997 un nido activo, dicho nido estaba en la pendiente occidental del río Miraflores donde el valle es más o menos angosto. Los alrededores del nido estaban cubiertos por bosques maduros con un dosel de 22 m de altura, exceptuando algunos árboles prominentes. El nido estaba en la copa de uno de los árboles más gruesos y altos de una pendiente, con un diámetro de 1.5 m y una altura de 38 m. El árbol era un Otaba sp. (Myristicaceae) con copa abierta que sobresalía unos 16 m por encima del dosel del bosque. El nido estaba hecho de ramas gruesas. Se pudo observar a la hembra sentada en el nido (probablemente incubando), mientras el macho permaneció unos metros arriba en una rama horizontal de la copa. En una segunda visita al lugar, la hembra se mantuvo un tiempo sola en el nido y en el instante cuando llego el macho, ambos vocalizaron un fuerte “pe-e-e-eo”, tal como se describe en Hilty y Brown (1986). El 6 de febrero del mismo año se observó a la pareja cazando en el borde de un bosque en el filo nororiental del valle. Los dos individuos volaban bajo y alineados sobre un bosque maduro con una distancia entre ellos de unos 150 m y siguiendo la dirección del filo (Márquez y Rengifo 2002). El tinamú cenizo es un ave sigilosa de bosque, que se observa posada o remontándose a bajas y grandes alturas (Hilty y Brown 1986). |
Hábitat
El tinamú cenizo habita en bosques húmedos de montaña relativamente inalterados y con alguna frecuencia en los valles mas grandes (Hilty y Brown 1986). Se encuentra distribuida principalmente en los piedemontes y laderas de las tres cordilleras de los Andes (Marquéz et al. 2005) |
Taxonomía
Descripción taxonómica
En Oroaetus Isidori ambos sexos son similares. La longitud total varía entre 630 y 710 mm, sobre el peso no existe información disponible. Sin fases de coloración (Márquez et al. 2005). El adulto presenta una cresta occipital terminada en punta. Los tarsos son emplumados. La cabeza, el cuello y el dorso son de color negro. Las remiges primarias y secundarias externas son de color gris-marrón en la base y con vexilos internos color crema. La cola tiene la punta ancha y con una franja ancha de color gris-café en la parte media. Las partes inferiores (excepto el cuello y la cabeza) son de color rufo-castaño salpicado (verticalmente) de negro. Las alas (por debajo) presentan puntas negras y remiges color crema en la base, con coberteras color rufo. El iris es anaranjado, el pico negro y los dedos amarillos (Márquez et al. 2005). Los juveniles tienen la cabeza, el cuello y las partes inferiores blancas, el píleo, la nuca y la tibia están salpicados verticalmente de color café-negruzco. La parte dorsal es de color crema-marrón con coberteras terminadas en puntas mas claras. La cola es de color marrón-gris con tres franjas negras angostas (Blake 1977). |
Factores de amenaza
Esta especie está en peligro debido principalmente a la fragmentación y destrucción del hábitat en donde habita. Se considera que el guamán ha perdido un 63% de su hábitat y que posiblemente debido a la presión de cacería y su consecuente eliminación de individuos (adultos y juveniles), esta especie ha perdido más del 30% de su población en 3 generaciones (más de treinta años) (Renjifo et al., 2002). Paralelo a las amenazas descritas anteriormente se pueden mencionar otros factores que posiblemente han venido repercutiendo negativamente sobre las poblaciones de esta especie tales como la extracción de árboles de gran porte y maderas finas lo cual se convierte en un limitante para la reproducción de la especie al igual que la competencia por presas debido a la caza indiscriminada en los lugares en donde habita el guamán. Es importante anotar que los individuos juveniles fácilmente adquieren el hábito de cazar aves de corral y mamíferos domésticos en los vecindarios de sus territorios, razón por la cual son heridos o eliminados con relativa facilidad. Esta situación en el largo plazo no permite el reclutamiento de individuos a la población, haciendo la especie más vulnerable aún (Renjifo et al. 2002). |
Estado actual de la población
El Águila crestada ha sido tradicionalmente considerada como local y rara en todo su rango de distribución (Hilty y Brown 1986, del Hoyo et al. 1994), pero se desconoce el tamaño de su población (Márquez y Rengifo 2002). Esta águila ha perdido el 63% de su hábitat, pero se estima que la reducción de la población excede esta proporción debido a la presión directa de cacería a la que son sometidas las grandes rapaces. Teniendo en cuenta que las águilas son aves longevas se estima que esta especie ha perdido más del 30% de su población en tres generaciones (más de treinta anos), lo cual hace de esta una especie vulnerable. Su extensión de presencia es de 378.620 Km2 y la extensión del hábitat potencial es de 37.000 km2 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario